Campanas de iglesia - Relojes de torre
Tu fábrica de relojes y campanas en España
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Campana de bronce fundida por Molifer, expertos en fundición de campanas de bronce.
En Molifer fundimos campanas con diferentes notas, garantizamos
el sonido perfecto, tanto es asi que podemos fabricar la nota exacta.
Colocamos electromartillos en las campanas para que funcionen automáticamente.
La campana de bronce es, en términos sencillos, una aleación de bronce duro. Sin embargo, este una forma de bronce con un mayor contenido de estaño. De manera usual, se suele tener una proporción aproximada de 4 a 1. (78 % de cobre y 22 % de estaño en masa).
La razón de esta cantidad de estaño es que aumenta la rigidez del metal, al mismo tiempo que también aumenta la resonancia. Además de las campanas, este tipo de mezcla puede tener aplicaciones industriales, pues se suele utilizar para cuerpos de válvulas, anillos de pistón o casquillos.
Resulta que los primeros indicios arqueológicos de campanas datan del año 3000 a.C. y se remontan a la cultura de la china neolítica denominada como Yangshao. También se han encontrado en varios yacimientos arqueológicos campanas de cerámica.
En la Asia occidental, las primeras campanas hicieron acto de presencia por el año 1000 a.C. Sin embargo, las primeras campanas de metal, una encontrada en el yacimiento de Taosi y cuatro en el yacimiento de Erlitou, ambos en china, están datadas alrededor del año 2000 a.C.
Nuevos tipos de campanas fueron surgiendo durante la dinastía Shang (c. 1600 – c. 1050 a.C.), esto llevo a que las encontradas en Taosi y Erlitou quedaran relegadas a un segundo plano. También se encontrarían campanas como parte del equipo de caballos y carros; así como campanas que se colocaban en el cuello de perros.
A partir del año 1000, el hierro pase a convertirse en el metal más utilizado para la fabricación de campanas en lugar del bronce. La campana de hierro más antigua se estima que fue fabricada en 1079, esta fue encontrada en la provincia de Hubei.
La fundición de campanas en bronce ofrece muchas ventajas. El metal es duradero y muy resistente a la corrosión. Es posible darle una amplia gama de formas y tamaños y, lo más importante, las campanas cuentan con un tono fuerte y puro que, además, es exclusivo del bronce.
En primer lugar, se hace un patrón de madera o yeso que se asemeja a la pieza terminada. Se coloca arena alrededor del patrón para formar la impresión del molde. Esto es un proceso muy parecido a hacer huellas en la arena húmeda de una playa. Es más, se puede hacer un vaciado aproximado vertiendo el yeso de manera directa en la impresión de la arena.
Una vez que el molde está lleno, se retira el patrón y se vierte el bronce fundido en el molde terminado para formar la pieza de fundición. A continuación, hay que hacer un patrón a partir del diseño original. Se dibuja la campana como una pieza acabada y luego se desarrolla un perfil de esta.
El dibujo del perfil se transfiere a una plantilla que se utiliza como barrido. Al girar este barrido alrededor del yeso de fraguado se crea un patrón que puede utilizarse como una especie de matriz para hacer otras copias de ser necesario.
Se montan tantas copias en un tablero de patrones (el cual suele recibir el nombre de “placa de coincidencia») como quepan en el marco de moldeo.
El patrón se coloca en la «petaca» que descansa sobre la máquina de moldeo. Esta máquina cuenta con un gran cilindro de aire que compactará la arena contra el patrón creando un molde duro. Algunos modelos no se prestan a esta operación de apriete y deben seguir siendo apisonados a mano con un apisonador de banco. La arena se introduce con una pala en la cubeta, cubriendo el modelo, y se apisona o aprieta hasta que el molde se llena y se compacta.
La arena de moldeo tiene la cantidad justa de arcilla y agua mezclada para permitir que se adhiera con la fuerza suficiente para retener la impresión del patrón incluso después de retirarlo. Llegados a este punto es cuando se puede abrir el molde.
Finalmente, el moldeador retirará el modelo, cortará los trozos innecesarios, soplará la arena suelta de las caras del molde y, a continuación, cerrará el molde y lo sujetará o lo lastrará para verterlo.
El bronce se vierte por el orificio de colada hasta que el molde se llena hasta arriba. El bronce se funde a unos 1.800°F (982 grados centígrados), pero antes debe ser calentado hasta los 2150°F (1176 grados centígrados) para asegurarnos de que permanezca fundido el tiempo suficiente para llenar completamente el molde.
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